Un guerrero llamado Harald Blåtand (Harald Diente Azul)

Hacia el año 960 d.C. En Dinamarca, el guerrero vikingo Harald Blåtand, también conocido como Harald Diente Azul, recibió en su corte a un eclesiástico enviado por el pueblo germánico para cristianizar a las gentes del norte pagano. Este encuentro tuvo consecuencias trascendentales para la historia de Europa.

Durante un banquete en honor al eclesiástico, Harald y el monje Poppo discutieron acerca de quién tenía más poder, si el Dios de los cristianos o los dioses de los vikingos. El escéptico Harald exigió una prueba y Poppo agarró un hierro al rojo vivo, un método medieval para determinar la verdad ante un tribunal de justicia. Cuando el monje retiró la mano del metal candente, no había sufrido daño alguno. Esto se consideró una señal divina y fue suficiente para convertir a Harald al cristianismo.

El bautizo de Harald en el año 965 marcó una nueva era para los vikingos y su integración definitiva en la Europa medieval. La historia de este visionario rey de los daneses se estudia principalmente a través de la investigación arqueológica, ya que las crónicas escritas de la época son tendenciosas y poco rigurosas.

En los albores de la Edad Media, Europa estaba en plena transformación y el cristianismo se consolidaba como la religión dominante en la mayoría de su territorio. Con su bautizo en el año 498, Clodoveo, rey de los francos, dio inicio al proceso de cristianización. Los monjes se lanzaron a anunciar la palabra de Dios y esta labor fue crucial en la conversión de Harald Diente Azul y la expansión del cristianismo en el norte pagano de Europa.

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